Os adjunto
la Declaración de la Cumbre de los Pueblos. Pude
participar, junto al amigo Andrés Perelló, en la marcha que el viernes 25 de
febrero recorrió la Alameda, avenida central de la ciudad, donde se sitúa el
Palacio de La Moneda.
DECLARACIÓN
DE LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS, SANTIAGO DE CHILE
En el marco
da la Cumbre de los Pueblos realizada entre los días 25, 26 y 27 de Enero de
2013, en Santiago de Chile, las organizaciones y movimientos sociales y
políticos de los diferentes países de América Latina, el
Caribe y la Unión Europea declaramos lo siguiente:
Hoy, somos
testigos de cómo los bienes naturales, los derechos y las personas han sido
mercantilizadas en las naciones y pueblos de América Latina, Europa y el
Caribe, producto de la lógica capitalista, que en su vertiente neoliberal y
machista, permite su instalación y profundización a través de aparatos cívicos,
políticos, militares.
Las
relaciones existentes entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que
priorizan los privilegios y ganancias de los inversionistas frente a los
derechos de los pueblos a través de acuerdos comerciales y acuerdos bilaterales
de inversiones, profundizan este modelo que perjudica a los pueblos de ambas
regiones.
Es así, que
estos Estados mercantilistas, las transnacionales y las corporaciones continúan
siendo administradores y profundizadores de la pobreza y la desigualdad social
en el mundo, amparados por un tipo de democracia representativa, de mano de la
elite, que se aleja de los intereses de las grandes mayorías de nuestro pueblo.
Esta
hegemonía del capital financiero se manifiesta entre otros en la privatización
y mercantilización de los servicios públicos, el desmantelamiento del Estado de
bienestar, la precarización del trabajo, el
extractivismo, la usurpación, la destrucción y mercantilización de los bienes
naturales y sociales propios del pueblo y el desplazamiento forzoso de los
pueblos originarios, provocando las crisis alimentarias, energéticas,
climáticas.
En la Unión
Europea la crisis capitalista ha significado un verdadero golpe
de estado financiero que ha impuesto políticas de austeridad en contra de los
derechos de los pueblos, de los derechos laborales, ambientales,
etc. La troika europea (FMI, BCE, Comisión Europea) obliga los
estados a endeudarse para salvar los bancos para que seamos los pueblos los que
paguen la crisis provocada por ellos mismo.
Al mismo,
es necesario visibilizar la creciente opresión y discriminación hacia las
mujeres en América Latina, el Caribe y Europa.
No
obstante, a este panorama que parece adverso, reconocemos procesos históricos
y recientes a partir de las luchas de nuestros pueblos en el mundo, que han
logrado tensionar y agrietar las actuales lógicas y nos dan la esperanza de que
otro mundo es posible.
De este
modo, surge la necesidad de construir las bases para un nuevo modelo de
sociedad que transforme las actuales lógicas y coordenadas políticas,
económicas, sociales y culturales en todas nuestras naciones y pueblos de ambos
lados del continente las luchas de los diferentes actores y organizaciones del
campo popular.
Para
alcanzar estos objetivos proponemos que:
Los
derechos y bienes naturales arrebatados a nuestro pueblo deben ser recuperados,
por medio de la nacionalización, la comunitarización de los bienes y servicios
y los medios de producción y el reconocimiento constitucional de la naturaleza
como sujeto de derecho. Esto implica pasar de ser resistencia y movimientos
reivindicativos a una alternativa que contenga una propuesta política-social
integral de país.
Promover el
paradigma del buen vivir basado en equilibrio del ser humano con la naturaleza
y el medio ambiente y los derechos de la tierra, al servicio de los pueblos,
con una economía plural y solidaria.
Democracia
directa, participativa y popular y su concretización desde las bases sociales.
Para ello, es necesario la integración de actores sociales y políticos del
mundo, valorando prácticas territoriales y haciendo el dialogo entre las
instancias locales y globales.
Promover la
integración en la participación política de los niños y niñas
y las juventudes, desde un enfoque de género. Respeto a la libre determinación
de los pueblos originarios del mundo, entendiéndolos como pueblos hermanos no
sometidos a la territorialidad impuesta por la colonización. Esto, sumando a la
promoción de la soberanía alimentaria en perspectiva de una autotomía
territorial que a los pueblos y comunidades decidir qué y cómo producirlo.
En cuanto
al avance de la represión y la criminalización de la protesta, movimientos
sociales y populares, debemos articularnos de tal manera de generar la fuerza
necesaria para frenar el avance de leyes antiterroristas y la inserción en las
comunidades indígenas de nuestros pueblos, como a su vez la militarización
imperialista que ha instalado bases militares en América Latina, Europa y el
Caribe.
Sensibilizar,
agitar y promover luchas contra las transnacionales, mediante campaña de
denuncias y boicot en todos los niveles.
Posicionar
el feminismo con un proyecto político antipatriarcal y anticapitalista.
Reconocer y promover los derechos de los migrantes y los derechos de los
pueblos de libre tránsito entre las naciones.
Plena
solidaridad con el pueblo Palestino y todos aquellos pueblos y naciones
oprimidos por el poder colonizador y el imperialismo, así como el
repudio a las intervenciones cívicos-militares en Honduras, Haití y Paraguay.
Apoyamos los procesos de paz, con la participación de los actores sociales y
políticos en Colombia. Solidaridad con el pueblo cubano en contra del bloqueo,
con Argentina en el proceso de recuperación de las Malvinas, con Bolivia y su
demanda por salida al mar, con el pueblo Venezolano en el proceso Bolivariano y
con los movimientos sociales en Grecia y España. En el caso de Chile, solidaridad
con el movimiento estudiantil en defensa de la educación pública, gratuita y
con el pueblo-nación mapuche contra la represión realizada de parte del Estado.
Acompañando
la lucha por la soberanía de nuestros territorios en América Latina, es necesario
luchar por el respeto de la soberanía de nuestro cuerpo como territorio propio
de las mujeres.
Entendemos
que la superación de la precarización laboral a la que se ven expuestos las
mayorías de trabajadores en América Latina y el mundo, pasa por un cambio
estructural que altere las relaciones de propiedad y producción de bienes y
servicios valorando la labor esencial que desempeñan los trabajadores y
trabajadoras como sustento sobre el cual se construye toda sociedad.
De manera
transversal, debemos avanzar en la construcción de plataformas de lucha
comunicacional que no sólo permitan develar y difundir las demandas y
alternativas de nuestros pueblos frente al modelo hegemónico, sino también como
forma de explicar las verdaderas causas de los problemas que hoy nos aquejan.
Debemos ser
capaces de construir demandas unitarias que aglutinen a todos los actores
sociales y pueblos en disputa y que a su vez nos permitan trazar un horizonte
estratégico hacia el cual avanzar, articulando y organizando la unidad entre el
movimiento sindical, social y político en América Latina, el Caribe y Europa. Esto
debiera traducirse en una hoja de ruta de trabajo y de movilizaciones para el presente
periodo, pero con perspectivas a largo plazo.
Al mismo
tiempo, fortalecer la organización social y popular en cada sector
de inserción, potenciando la amplificación de nuestras demandas a las grandes
mayorías por medio de la politización y la movilización.
No podemos
dividir más las instancias organizativas en las que estamos, conducir hacia un
proyecto en la diversidad es el mayor desafío que se nos presenta para la
generación de una alternativa real de poder popular. Romper con los sectarismos
que fragmentan, dividen e impiden la construcción de unidad del campo popular,
es una tarea urgente.
Frente al
poder del bloque dominante sólo la unidad y la solidaridad entre
nuestros pueblos nos darán la fuerza necesaria para alcanzar nuestros
más alto objetivos y vencer.
Santiago de
Chile, Enero 2013
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