El martes 23 de octubre firmé la Declaración por escrito sobre la reducción de la edad para votar a los 16 años. Los motivos son variados, y creo que está petición está estrechamente relacionado con muchos de los retos con que se encuentra actualmente la Unión Europea.
En primer lugar, en una Europa de los ciudadanos, la incorporación a los procesos democráticos de los jóvenes resulta un elemento básico de convivencia. Además, se puede argumentar que la juventud de hoy, con su formación, tiene a los 16 años ya la formación necesaria para participar en un derecho universal como es el derecho al voto. Así mismo, los estudios realizados sobre la cuestión demuestran que existe una correlación entre la participación electoral temprana y la continuidad en la participación.
Mi apoyo a esta iniciativa trata de reforzar el desarrollo de una conciencia intergeneracional y también pretende potenciar una ciudadanía consciente, activa y participativa. Hay que considerar que el año 2013 ha sido proclamado Año Europeo de los Ciudadanos.
Por todo ello se pide que los Estados miembros de la Unión Europea rebajen a 16 años la edad para poder votar, que refuercen la educación cívica en las escuelas y que adapten la formación del personal docente a esta nueva circunstancia.
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