Como se ha informado por los medios de comunicación, el miércoles seis de marzo fui expulsado de Marruecos en el Aeropuerto de Casablanca, junto a otros dos eurodiputados, Ivo Vajgl (Grupo Liberal) e Isabella Lövin (Grupo Verde). Los tres formábamos parte de una delegación del Intergrupo sobre el Sahara Occidental, que tratábamos de llegar a El Aaiún para reunirnos con la sociedad civil y las instituciones publicas de la zona para observar la situación de los Derechos Humanos. Igual suerte había corrido horas antes el eurodiputado Willy Meyer, en su caso volando desde Madrid.
En el aeropuerto de Casablanca, no solo no se nos permitió continuar viaje hacia El Aaiún, como estaba previsto, sino que se nos retuvo y se nos retiró el pasaporte. Tras unos minutos de espera, nos fueron devueltos y se nos embarcó en el siguiente vuelo a París, en el mismo avión en el que habíamos llegado. A nuestra llegada al aeropuerto Charles de Gaulle de París, la policía francesa nos esperaba y aún tardamos unos minutos en que nos identificaran.
La posición de Marruecos negándonos la entrada al país es inadmisible, y representa un incómodo precedente en el desarrollo de las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea. Si a nosotros no se nos ha dejado en esta ocasión, otras misiones parlamentarias lo intentaran. La verdad sobre la situación en la que se encuentra el pueblo saharaui resplandecerá y exigirá el ejercicio del derecho a la autodeterminación de un pueblo que busca escribir su destino.
Adjunto la rueda de prensa que dimos el jueves 7 de marzo en el parlamento europeo explicando los hechos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario