El debate político que los socialistas españoles han desarrollado los últimos meses y que ha culminado este fin de semana en la Conferencia Política, ha alumbrado nuevas ideas y propuestas que van a fortalecer el programa del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ello facilitará una mejor conexión con la mayoría social progresista en España. La Conferencia Política en la que he participado marca la diferencia con la política de derechas del actual gobierno del PP. Frente a los recortes y las reformas antisociales que buscan desmantelar el Estado del bienestar, frente a la hipocresía de las falsas esperanzas argumentadas con mentiras, se alza la alternativa socialista posible. Todo ello sobre la base de la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
La corriente Izquierda Socialista, de la que soy portavoz, presentó públicamente el pasado 4 de noviembre un documento global alternativo y 160 enmiendas parciales a la Ponencia Marco que se ha debatido en la Conferencia Política. Gran parte de esas posiciones han sido recogidas en las conclusiones finales. Nuestras propuestas señalaban la firme voluntad de recuperar la naturaleza de izquierdas del PSOE y evitar el riesgo de difuminar su origen y su mensaje.
Las propuestas estratégicas iban orientadas a conseguir un Estado Federal y Laico (con denuncia del Concordato con el Vaticano), además de republicano. Las dos primeras propuestas han sido asumidas y la tercera ha contado con un amplio apoyo de los participantes en la Conferencia política, y en algún momento se recuperará.
La defensa de una fiscalidad progresiva, de una Banca pública de inversiones y de los servicios públicos esenciales ha sido igualmente asumida.
En la vida orgánica defendíamos la realización de primarias abiertas, con dos vueltas y con una exigencia del 5% de avales para presentar candidatura. Se ha acordado el principio general y será el Comité Federal el que establecerá el reglamento. Trataremos que las normas no contradigan el principio.
Y en el ámbito europeo, frente a las políticas de austeridad impuestas por la Troika, que lo único que han provocado han sido mayor desigualdad, pobreza y paro, reclamamos un cambio de rumbo que ponga la ciudadanía y la Europa social en el centro de las politicas europeas. Los estímulos al crecimiento para generar empleo, la reforma del BCE, la creación de los Eurobonos, el impulso a una verdadera política económica y fiscal de la Unión Europea o la aplicación de una tasa para las transacciones financieras, son alguna de nuestras propuestas.
También en Europa, son necesarias nuevas medidas que profundicen en la justicia, la solidaridad, la igualdad y la democracia, en un contexto en el que los intereses dominantes vuelven a confrontar la libertad con la seguridad, y la democracia con el orden cada vez más autoritario.
Además, tanto en España como en Europa, hemos de avanzar en la colaboración entre las fuerzas progresistas, de izquierda, los movimientos sociales y los sindicatos.
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